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Humo

  • Foto del escritor: Clara Sánchez
    Clara Sánchez
  • 25 sept 2019
  • 3 Min. de lectura


ree


tiene miedo de la noche

de la oscuridad

no quiere que la consuelen

después de las pesadillas

sino antes

pero nunca es antes

el consuelo siempre

viene después

y no hace más que estrujarla

toscamente

con las caricias sucias

de todos los días


ella

la de las trenzas largas

y la falda descosida

nunca ha escuchado su voz y

tiene algo aleteando dentro

no son mariposas, no

eso lo habría notado

algo aleteando dentro

pero no lo sabe aún

no lo sabe ella

no lo sabe nadie


la llaman por su nombre

y no logra comprender

porque siente en el pecho

una tristeza infinita

tan larga como las noches

en que mamá no aparece

una tristeza cruel

infame como un bicho

mordiéndole el corazón

y debajo, una pecera seca

que no se llena ni con el llanto


la casa es una jaula

y las palabras, pólvora

las palabras que todos los días

la declaran culpable

ella no quiere culpa

pero se la regalan

de cualquier manera

envuelta en papel brillante

y otras veces en periódicos

no la quiere pero

no puede rechazarla

porque tiene que ser buena


se siente como en el vestido rosa

ese que le regalaron

cuando cumplió once

apretado y corto punzante

imposible de sacarse

y salvarse a sí misma

y llorar todas las lágrimas

que se ha tragado

y ha encerrado en frasquitos

que mamá ha puesto a la sombra

en el cajón bajo llaves

donde esconde esas cosas

que no deben ser vistas


cierra los ojos, finge dormir

finge la infancia, la risa

finge que es una niña

una niña, nada más

pero hay una niña y también un pez

y ambos van a ahogarse

él se ahogará

ella lo sabe

se ahogarán ambos

no hay remedio

se ahogarán porque les han vaciado

la pecera de los sueños


ella se asfixia en el humo

de la casa que estalla

la familia que explota

se derrumba sobre ella

se quema con la niña dentro

sin que nadie lo note

se ahoga en la casa sin aire

donde los trapos sucios no se lavan

y las ventanas no se abren

y los secretos no se cuentan


y el pez

el pez se ahoga

en el mar de secretos

de las cosas no dichas

el silencio es

el único mar que conocerá

es imposible, injusto

dejarlo vivir igual que ella

en el infierno sin aire

que la niña respira

y al que debe regresar

después de la escuela


el pez es

la mascota que nunca pidió

el juguete que no quiso

extraviado en aguas

que no existen

y, sin embargo

ella quiere salvarlo

quiere librarlo de la vida

quiere salvarlo de la asfixia

de vivir entre barrotes

y manos que la acarician

mientras duerme


el incendio

quemándole las pestañas

y todo lo que sueña

también las cortinas de ese abismo

que nadie se atreve a ver por dentro

y el mantel de la mesa

donde se limpia las lágrimas

una casa inhabitable

y la niña dentro

y el pez dentro de ella

agonizando en la pecera

vacía de su vientre


la niña quiere vivir

la niña quiere ser niña

saltar la cuerda, trepar árboles

alto, muy alto

lejos del fuego

la catástrofe

sonreír, hablar

abrir la boca siquiera

pero tiene el miedo

cosiéndole los labios

y los vecinos necios

brindando en el patio de al lado

que vivan, que vivan los dos

gritan eufóricos cuando

ninguno vive realmente

ninguno aguantará su propia asfixia

por más que llore la asfixia del otro


vuelve la noche

y la pesadilla se repite:

sueña que tiene

el pez en las manos

y no sabe qué hacer

para mantenerlo vivo

tiene el pez en las manos

y no sabe qué hacer con él

nadie sabe, pero

tampoco quieren saberlo

opinan que es mejor

que sea ella quien lo cargue

y encuentre una forma

para callarlo

como la callaron a ella

que lo calle ella

que tanto sabe de silencio

quieren que le cante

la canción de cuna

que a ella nunca le cantaron


ahí

nunca hubo aire

nunca hubo luz

hubo una niña y un pez

una pecera vacía

una casa en llamas

una familia fantasma

en el patio sigue el árbol

la cuerda

restos de vidrio y ceniza

las trizas de la pecera

que no pudo sostener

y un cuerpo a contra luz

un cuerpo columpiándose

contra el viento

antes de podrirse en la tierra

un cuerpo bajo tierra

no sé decir más.

 
 
 

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