Algo se remueve dentro. Algo me llama, y yo voy. Algo adentro vibra, tiembla. Se escapa y me lleva consigo. Me mueve. Me muevo.
Y ya no pienso, solo soy. Estoy, y te lo digo bailando. Bailo y ya no pienso. No hace falta.
Lo que queda de mí es mi cuerpo recordándose. Sosteniéndome y dejándose caer. Es mi voz escuchándose, reconociéndome.
Mis pies aferrándose al suelo. Mis manos flotando en el aire, tanteando la luz. Entregándose al espacio, al vacío siempre lleno, al tiempo. Mis bordes ya no son mis bordes. Los límites se pierden, se desdibujan. Allí, así, me encuentro. Amándome en el movimiento y la quietud.
No puedo mentirme. Mentirte. No hace falta que te explique nada. Mi cuerpo ya te lo dijo.
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